Estaba sentada en la copa de un hongo con motas moradas, respiraba el aire fresco y suave y tenía presente esa mirada de magia cuando derepente el dulce viento trajo a mi a una hermosa mariposa azul, pequeña, tierna y frágil. Por lo visto necesitaba mi ayuda pues se veía cansada de volar y volar, probablemente no sabía a donde ir pero la cogí entre mis manso y la abracé como la muñeca que tuve en mi infancia, la miré y ella parecía tener refugio alfin, sabía que nunca debía de soltarla ni dejarla ir pues sería mi única y eterna compañía .
Así pues la abracé, le conté mi historia, mi pasado y que deseaba de mi futuro.. aunque realmente no era nada.. Desde entonces tengo un pequeño ser que me cuida que me acompaña eternamente te amo mariposiiita azuul!
Pensamientos que giran y giran sin dirección...
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